<<Jóvenes… ¿Promesas?>> Es lo que me pregunto cuando miro a Ignacio. Un chico aparentemente normal, que pide un café con leche con dos azucarillos para luego pedir el tercero y que se presenta a la entrevista, después de una premiere, con dos cajas industriales de chocolate Milkybar. Se sienta, ríe. Curioseado por saber el porqué de su estancia en ese café rabalero, no demasiado preparado para escuchar algo que, evidentemente, ya sabe: le digo que se está haciendo Mayor.
Podría simplemente apodarle como un director de cine más, un director de casting más, un guionista más, un visionario más o –directamente- un pequeño iluso; un soñador. Pero no. Ignacio F. Rodó confiesa, sin hacerlo, que él ya sabe lo que quiere. Que lo tiene muy claro. Que está allanando camino y –cómo no…- que tiene muy claro con quien codearse o con quien no hacerlo para llegar a las x metas fijadas desde hace ya mucho tiempo.
Luchador por excelencia, tiene toda la pinta, a sus veinticuatro años, que le da absolutamente igual tenerlos y que puede llegar perfectamente –tal y como está haciendo- a donde le dé la gana llegar. Sabe que es bueno y no es el único. Un par de meses después de ser seleccionado para el Festival Internacional de Planos Secuencia de Zagreb y ver uno de sus mejores cortometrajes –Inocencia, 2010- en la gran pantalla, se sienta paulatinamente conmigo para apuntalarme con su decisiva mirada y sus proyectos de futuro, entre los que se encuentran un par de largos, varios cortos, videoclips o la creación de un concepto propio de marca aplicada al cine.
Un chico ambiguo en sí, que deja en manos del ajeno ver a través de él o decidir no hacerlo, estableciendo como algo metódico una actitud posiblemente amplia, establecida dentro del humor cínico, pero de la que no se escapa ese halo de control sobre su vida que se puede leer –si uno quiere- entre líneas. <<Necesitaré algo bastante edulcorado para equilibrar su acidez>> pienso. Me pido un manchado con cuatro sacarinas, y es entonces, cuando decido enzarzarme. Esto es la visión de un chico que no solo hipnotiza a quien está delante de su obra, sino que creo que en poco tiempo puede tener hipnotizado a medio mundo.
Te gustaría ser definido como…
Alguien que se busca a sí mismo en el cine.
¿Por qué estás aquí?
Intentar conseguir unos cuantos hits en google. No hay que desaprovechar una buena oportunidad de promocionarse, aunque sea en la prensa.
¡Bien! No te gusta la prensa pero te dejas llevar por ella…
El marketing es una herramienta poderosa. Un artista puede tener talento, pero por otro lado tiene que trabajarlo y trabajarlo incluye promocionarlo. Hoy en día es necesario ser noticia.
¿Lo hacemos a cara o cruz?
¡O a doble cara! Hay personajes que no necesitan fingir. Ya son personajes por ellos mismos.
Insinúas que tú eres…
Yo puedo ser muchas personas. Por eso me interesa el cine, dejar que me defina y redefina de nuevo. Estamos en constante cambio y es una buena manera de exteriorizarlo.
Entonces no ves necesario enmascararte…
Como director no me funciona hacerlo. En un equipo hay que crear un clima de confianza donde salga lo mejor de cada uno. Si te enmascaras, solo pones trabas para llegar al núcleo de cada una de las personas. El problema es la parte comercial del director. A un productor hay que hablarle de un producto, y no de arte. Ahí quizás sí que intervienen las máscaras.
¿Para cuándo el próximo baile de disfraces?
Cada día tienes uno, pero… sería más interesante un baile todos desnudos. Eso sí que sería una novedad.
Mmm… ¿Un baile desnudos? ¡Despelótate! ¿Cómo sería eso?
Sería aburrido. Honesto, honrado… Se tendría o más industria o, simplemente, una industria de verdad. No habría tanto chanchullo. Se apostaría por el talento, por los buenos productos. Vamos, una utopía.
¡No lo niegues! A primera vista pareces un romántico que se niega a sucumbir a la superficialidad del género. ¿Qué hay? ¿Alguna fuerza sobrenatural q te impulsa a seguir el ciclo?
Como todo, es encontrarle el gustillo. Encontrar tu lugar en cualquier industria, elegir bien la máscara, saberla llevar, buscar buenos compañeros de baile y empezar a flirtear puede ser algo motivante y, según como, creativo.
Te veo sincero…
Criticar está muy de moda. ¿Pero qué mejor manera de mejorar las cosas que desde dentro? Al criticar la industria también te estás criticando a ti. Un poco hipócrita, ¿no?
La industria… ¿Qué pintas tú ahí?
¡Cuadros! No creo que haya industria en España. Pero llamémosle industria a lo que hay. Es un trabajo como otro cualquiera, así que si quieres hacer cine tienes que pasar por el aro.
¿Pero el cine no era arte?
El cine tiene mucho de artístico, pero debe ser rentable. Lo que no tiene sentido es pedir dinero y luego no generarlo. No nos engañemos, el cine no tiene el mismo público que una galería de arte. El noventa y cinco por ciento de la gente busca entretenimiento, y un pequeño porcentaje de la población busca arte. Tienes que saber a qué target te diriges y actuar en consecuencia. En una supuesta industria, si tu película va a generar pocos ingresos tienes que ser coherente con ello y no puedes pedir un presupuesto elevado. Y si vas a hacer una película comercial, que tendrá muchos ingresos, es normal que tengas un presupuesto mucho mayor. Así que, como cualquier arte, no deja de ser un negocio.
… me estás desanimando
No me malinterpretes, yo creo en el cine como arte. Pero hay que saber cuál es tu lugar. A mí me gustaría llegar a combinar lo comercial con lo artístico. De veras creo que se puede hacer y es mi objetivo.
¿¡Igual falta adiestrar al público!?
Hay cine con buenas cualidades artísticas perfectamente capaz de llegar al público y ser captado por él. Me parece una excusa decir que al público hay que educarlo.
¡Háblame de ese cine!
Pues por ejemplo, Alfred Hitchcock, Woody Allen o David Fincher. Van más allá de lo comercial y aún así, venden.
Total, que el público es más listo de lo que mucha gente piensa, ¿no?
Hay de todo, pero sí que es verdad que se tiende a subestimarlo. A veces pecamos de poco sutiles para poder llegar al 100 por cien de la audiencia y de esa manera insultamos a otra parte de ella.
Y tú con todo este sarao… ¿Qué haces? ¿Películas?
Saber cómo funciona la industria y fijarte en los gustos, te ayuda como realizador a crear un producto que tenga cabida en el mercado. Si consigues juntar esa información con inquietudes personales, puedes lograr hacer una película que llegue al público al mismo tiempo que satisface tus necesidades creativas.
¿Qué sabes de Maslow?
De Maslow recuerdo su pirámide, que habla de cómo se organizan las necesidades del ser humano.
Director de cine y necesidades humanas… ¿Son compatibles o se tienen que alinear los planetas?
Un rodaje normal tiene sus horarios. Se puede complicar si hay un rodaje nocturno o durante el fin de semana, pero no tiene que ser un impedimento para tener una vida personal fuera del cine. El problema es más bien el entorno. Cualquier arte suele ser difícil de compaginar con una vida privada porque tu mente no abandona el trabajo ni un solo instante.
¿Workaholicos Anónimos?
Supongo que sí. El cine es un trabajo para los que tienen vocación por ello. Y cuando trabajas en algo que te gusta, no entiendes de horarios. Tu mente no desconecta ni para dormir.
¿En qué andas soñando?
Como muchos jóvenes realizadores, en dirigir mi primer largometraje.
Mi, mi, mi… Yo, yo, yo… ¿No es muy solitario este mundo en realidad?
El mundo es tan solitario como queramos. Hay gente a quien ya le está bien estar sola. Para los que no, todo es cuestión de encontrar maneras de no sentirte tan solo o encontrar maneras de compartir. En el cine puedes hacer llegar tu trabajo a millones de persona.
Eso sí, es un mundo donde se pueden chocar muchos egos, pero en el fondo no es nada solitario. Para que salga bien algo, se requiere mezclar los esfuerzos de muchos departamentos que a su tiempo están compuestos por muchas personas. Es un trabajo de equipo donde lo más difícil pero también lo más bonito es liderarlos a todos.
¿Y al director quien lo lidera?
Hay muchas formas de contestar eso. Por una parte, guste o no, al director lo suele liderar el productor, recordándole lo que se busca con la película. Por otra parte, quizás el director se siente liderado por el público al que quiere llegar, y al que le debe la película. Y la última, supongo que es la más normal, un director va liderado por él mismo.
Y supongo que, como arte que es el cine, el director debe tener su musa… o sus musas ¿Me equivoco?
Yo más que musas, tengo miedos. Saco mucha inspiración de ellos. Me gusta convertirlos en argumentos y exteriorizarlos de esa manera para poder combatirlos.
¡Un chico sano! ¿No?
Claro. Billy Wilder hacía algo parecido (sin querer compararme con él, claro). Dirigía comedias cuando estaba triste y dramas cuando estaba contento. Qué mejor que usar tu trabajo para quitarte miedos y angustias. Luego tu vida personal no puede ser más sana.
Te va a crecer la nariz ¡pinocho! Alguna adicción hay que tener… ¿No?
El propio cine. Algo que te da tanto no puedes dejarlo fácilmente.
Tienes un problema –serio- y lo sabes. Darás que hablar.
Dios te oiga. Si no das que hablar no debes ser muy bueno.
Ponte en escena. Eres la pitonisa lola -u otra que sea más creíble-. ¿Qué oiremos sobre Ignacio. F. Rodó?
Aparte de lanzar algún cortometraje provocador, el salto a los videoclips y la publicidad con unos trabajos que darán que hablar. Después de eso, el salto a la tele o la gran pantalla espero.
Parece que tu vida profesional no se diferencia mucho de la personal…
Se podría decir así. Me considero un afortunado por tener la oportunidad de convertir un hobbie en profesión. De ahí que se mezclen tanto vida profesional y personal. Puede verse como una bendición o una maldición.
Maldición o Bendición ¿En qué quedamos?
Depende del momento. Como es algo tan absorbente, si todo va bien, todo tú estás genial. Pero si algo empieza a ir mal, es más difícil refugiarte de esos males porque no tienes una vía de escape preparada.
¿Qué nos podemos esperar de ti?
Algo bueno espero. Intentar plasmar mis inquietudes en algo que valga la pena y aporte algo a los demás. No puedo ser más concreto porque me estaría engañando. Nuestras necesidades van cambiando a lo largo de la vida y nunca sabemos lo que vendrá.
TEXTO: Inés Troytiño
FOTOGRAFÍAS ENTREVISTA: Irene Moray
FOTOGRAFÍA PORTADA: Sergio Álvarez