Alemania el país marcado por su reciente historia y a la cabeza de Europa. Al desembarcar en Núremberg se respira una sociedad que ha conseguido el tan ansiado estado del bienestar, que tanto se lleva proclamando desde que Adolf Hitler insistiera en sus políticas socialistas, más tarde llevado en boca de todos los políticos, como bandera en sus mítines, hasta la actualidad.
Visitar la versión hitleriana del Coliseo romano tomando una cerveza Gutmann desde la otra orilla del lago Dutzenteich en el merendero Gutmann es inevitable tener flash-back. Se ve un espacio creado para el recreo de la Europa acomodada, pasear por el Campo Zeppelín, el Nazi Party Rally Grounds, donde el Führer pasaba revista a sus tropas y realizaba los desfiles militares megalómanos.
Una cerveza Spalter en el bar Palais Schaumburg antes de visitar el Tribunal Regional de Núremberg, en la sala 600 donde llevaron los aliados a los últimos Nazis en el 1945 y 1946 al tribunal en los famosos Procesos de Núremberg. Rudolf Hess ayudante de Hitler Cadena perpetua, Hermann Göring, Comandante de la Luftwaffe y Presidente del Reichstag, muerte en la horca, Albert Speer, Arquitecto de la obra nazi y Ministro de Armamento 20 años. También el empresario Gustav Krupp, industrial que usufructuó del trabajo esclavo, estaba en los juicios y escapó sin condena.
Viajar a Coburgo en Alta Franconia, pueblo con una gran población judia es una de las paradas obligatorias. La bonita plaza Marktplatz con el ayuntamiento del siglo XIV. y el “Stadthaus” y el castillo medieval “Veste Coburg” con vistas maravillosas al paisaje verde de Alemania.
Tomar una cerveza ahumada en Schlenkerla al lado del río Regnitz en Bamberg o la pequeña Venecia que ubica una gloriosa collección de edificios del Barrock, donde pasaba largas tardes de paseo Josef Mengele, la cuidad es patrimonio cultural de la humanidad.
De esta región salieron muchas personalidades famosas como Lewis Strauss de Buttenheim, Henry Kissinger de Fürth, los hermanos Rudolf y Adolf Dassler de Herzogenaurah, que fueron los fundadores de Adidas (Rudolf fundó posteriormente la empresa Puma, se dice que se pelearon por la mujer de Adolf), Isabel de Baviera o Sisi de Múnich y Dirk Nowitzki de Würzburg, Durero de Núremberg y el Papa Benedicto XVI. de Marktl.
Para seguir el tour GastroNazi, una parada obligatoria es tomar una cerveza en HB, el Hofbräuhaus, una de mis favoritas. El HB es otro de los puntos que hace volar la mente a los mitines de Hitler es el lugar con donde se gestó el partido Nazi. Hoy en día es un sitio popular muy comercial, con miles de fans en todo el mundo. Esta siempre lleno, las jarras de cerveza vuelan en los brazos de las camareras. Pasan bandas de música del folk alemán por todo el edificio, que ubica el jardín (Biergarten), Festsaal (Sala de espectáculos), Bräustüberl (Restaurante tranquilo, si no entra el equipo de música popular), Schwemme que es traducida literalmente la abundancia, estando en la planta baja esperando al pueblo sediento.
Toda este esplendor se torna parco y descarnado al llegar a Dachau. Un pueblo nada especial que al bajar del tren ya encuentras indicaciones para llegar al KZ o campo de concentración. Es un cuidad pequeña tosca como funcional sin florituras. Al llegar al campo de concentración al bajar del autobús hago cola, para hacerme una foto delante del cartel donde indica que estamos en un sitio tan singular.
Para hacerme la foto espero pacientemente haciendo un check-in en Foursquare, un padre mulato hace la misma foto que querría hacer yo en el siniestro photocall. Su hijo de 11 años, en un ambiente festivo como si simpatizaran con el espacio, las fotos siguen con la bienvenida la famosa frase nazi “Arbeit macht frei” o “el trabajo os liberará”, el trabajo era lo último que hacían los detenidos o retenidos en el camp antes de morir, era el paso previo a la liberación final, una frase también muy reflexiva que se puede aplicar a cualquier momento de nuestras vidas.
Esto me hizo pensar que ya hemos superado el hecho que tanto la industria cinematográfica y los poderes semitas intentan mantener vivo en el recuerdo, pero ya lo vemos como si visitas un castillo de la Edad Media. También en ellos hubo sufrimiento pero cada vez nos cuesta más empatizar y lo que hacemos es observar su belleza arquitectónica.
Un tour muy recomendable para disfrutar de la historia y la gastronomía tradicional alemana.
Testo y fotos : Guillermo Lopez